lunes, 7 de diciembre de 2009

Un Samaritano Moderno


Una mujer llamada Ana llegó al hogar de una familia muy pobre en donde el jefe de la familia estaba enfermo sufriendo agudos dolores. La mujer entró a visitar este hogar con el propósito de hablarles algo acerca de Cristo. Pero el hombre de muy mal talante dijo a la mujer: “No quiero que nadie ore aquí ni lea la Biblia, pues no creo en ninguna de estas cosas.”

Inmediatamente Ana aseguró al hombre y a la esposa afligida que haría algo para ayudarlos, y se fue para conseguir provisiones y ropa para la familia.
Cuando la señora Ana regresó, el hombre que bruscamente le había prohibido que orara o leyera la Biblia le dijo: “Léame por favor la historia del Buen Samaritano.” La señora Ana lo hizo con gusto, y cuando terminó de leer dijo el enfermo: “He visto muchos sacerdotes y levitas, pero nunca antes había visto un buen samaritano.” La amargura del hombre y sus prejuicios desaparecieron por causa de una buena acción de una cristiana.

No intentemos hablar de Cristo sino estamos listos para hacer algo demostrando el amor de Dios. Muchos son los que predican y hablan pero pocos son los que viven un mensaje palpable. Conviértete hoy en un Samaritano y la gente responderá dando su corazón a Dios.

Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, y dijo: “Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré.” ¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Y él dijo: El que tuvo misericordia de él. Y Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo.Luc 10:33-37

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La voluntad de Ganar


Si queremos algo con las suficientes ganas como para salir a pelear por aquello, trabajar día y noche por alcanzarlo y sacrificar nuestro tiempo, paz y sueño por ello.

Si el solo deseo de aquello nos enciende lo suficiente como para nunca cansarnos y nos hacer ver todas las demás cosas como pasajeras y de poco valor cuando las comparamos con las que no tienen pasión.

Si la vida nos parece vacía e inconsecuente sin aquello y todo lo que planeamos y soñamos tiene que ver con eso, si estaríamos contentos de sudar por ello, incomodarnos por ello, planear para obtenerlo y perder todo temor al hombre por ello.

Si simplemente vamos tras aquello que deseamos con toda nuestra capacidad, fortaleza y sagacidad, fe, esperanza y confianza y sobria persistencia.

Si ni la fría pobreza, desnutrida y famélica, ni la enfermedad ni el dolor del cuerpo o mente pueden hacernos desistir de aquello que tanto anhelamos, si con todas nuestras fuerzas y a pesar de todas las dificultades nos enfrascamos en obtenerlo, ¡lo obtendremos!

Un nuevo año es una nueva oportunidad, para volver a tener el deseo de llegar a la meta. Pero, recuerda. No es asunto de fuerza humana solamente. Es un asunto de saber que a nuestro lado está aquel que es todopoderoso y es en él, que lograremos mucho de lo anhelado. Deja que Dios te impacte en el nuevo año.

También El Señor dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo. Génesis 31:3

Y Dios le dijo a Moisés: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Éxodo 3:12

Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Éxodo 18:19